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Sobre o curso
El libro, titulado Jesús en el Antiguo Testamento, escrito por Gedelti Victalino Gueiros, describe la presencia profética de Jesús en el Antiguo Testamento y aborda el descubrimiento del gran misterio de la Palabra de Dios: Jesús.
El misterio de Jesús estuvo presente, de forma oculta, en el Antiguo Testamento a través de símbolos, figuras y alegorías. El propósito de la Biblia es presentar el plan de salvación de Dios, anclado en la eternidad. El nombre Jesús (Yeshúa) significa “Salvación”.
La comprensión de la Palabra de Dios no se logra mediante la razón, la filosofía ni la teología, sino mediante la revelación, que proviene del Espíritu Santo. El Evangelio es un misterio, y la salvación y la vida eterna consisten en tomar posesión de este misterio.
Estructura y contenido principal:
El libro explora cómo Jesús, quien es la Palabra de Dios, es profetizado en las Escrituras, las cuales dan testimonio de Él. Este misterio ha permanecido oculto desde tiempos inmemoriales, pero fue revelado a la Iglesia Fiel con el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés.
I. La Presencia de Jesús en el Antiguo Testamento (Figurativa y Profética):
Jesús está presente en toda la Escritura. Algunas de las figuras y profecías detalladas incluyen:
El Cordero que sería sacrificado en lugar de Isaac.
La Roca golpeada en el desierto que satisfizo a Israel.
El Maná que descendió del cielo, con Jesús como el “pan vivo”.
La serpiente de bronce levantada para sanar a Israel.
El refugio contra el viento y el torbellino (Isaías 32:2).
Su nacimiento en Belén y su nombre (Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Príncipe de Paz).
Su traición por treinta piezas de plata y su muerte como cordero lo llevaron al matadero.
II. La Trinidad y el Tiempo Profético (Kairós):
El libro enfatiza la obra del Dios Trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo). La Biblia usa el número tres para referirse al tiempo profético (*Kairós*), que habla de la muerte y resurrección de Jesús al tercer día. Ejemplos de esto incluyen: el sacrificio de Isaac al tercer día, la visión de Moisés en el Monte Sinaí al tercer día y Jonás en el vientre del pez durante tres días y tres noches.
III. Teofanía (Manifestaciones de Jesús):
Teofanía es la manifestación divina. La expresión “el ángel del Señor” en el Antiguo Testamento se refiere proféticamente a Jesús. Entre las manifestaciones notables de Jesús se incluyen:
El Príncipe del ejército de Jehová, que se apareció a Josué.
El ángel que luchó con Jacob en el valle de Jaboc, quien le cambió el nombre a Israel.
El cuarto hombre, como “el hijo de Dios”, en el horno de fuego con los amigos de Daniel.
IV. Tipología de Jesús (Profeta, Sacerdote, Rey y Hombre):
El Antiguo Testamento (la sombra del bien venidero) señala a Jesús a través de tipos proféticos, hombres que, a pesar de sus defectos humanos, agradaron a Dios en ciertas acciones. Jesús es el Redentor, y la suma de todos los actos proféticos de estos hombres nos lleva a su maravillosa figura.
Se destacan cuatro hombres como tipos que prefiguran a Jesús en sus atributos:
1. David (Rey): Nacido en Belén (“casa del pan”), profetizó extensamente en los Salmos sobre el sufrimiento, el pastoreo y el reinado de Jesús. David prefiguró a Jesús como el rey liberador y el sacerdote que intercedió por el pueblo.
2. Melquisedec (Sacerdote): Rey de Salem (“paz”) y Sacerdote del Dios Altísimo. Ofreció pan y vino a Abraham, profetizando el cuerpo y la sangre de Jesús. Su sacerdocio es eterno, sin genealogía, hecho a semejanza del Hijo de Dios. 3. Samuel (Profeta): Conocido por su infalibilidad; Dios no permitió que ninguna de sus palabras se cayera en tierra.
4. José (Hombre): La figura de Jesús como hombre. José era el hijo amado, rechazado y vendido por sus hermanos (figura de la traición de Jesús por treinta piezas de plata). Salió de la cárcel y fue llamado Zafnat-panea («Salvador del mundo»). Su historia culmina con el reencuentro con sus hermanos, donde los perdona, y en el segundo encuentro, que requiere la presencia de Benjamín (el «recién nacido»), que representa el nuevo nacimiento y la presencia del Espíritu Santo, esencial para regresar a la casa del Padre.
El libro concluye que todo el plan de salvación de Dios está centrado en el Señor Jesús, el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que ha de venir. Jesús es el don de Dios para la salvación de la humanidad.
Conteúdo do curso
[EBOOK] Jesús en el Antiguo Testamento
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[EBOOK] Jesús en el Antiguo Testamento
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